Uno de los factores de éxito de la cadena de cafeterías Starbucks es el concepto de "tercer lugar": un espacio en el que construir lazos sociales distinto al hogar o al lugar de trabajo.
La estandarización de los locales para homogeneizar la experiencia de marca y el que podamos encontrar establecimientos Starbucks en centros comerciales, hacen, en mi opinión, que el concepto de "tercer lugar" se diluya. Por eso aplaudo la iniciativa que la marca ha emprendido este año, que consiste en la apertura de "concept stores" diseñadas por artistas locales, que entroncan con la tradición del lugar sin que, por ello, la marca pierda consistencia. El producto es el mismo, la atención al cliente también, pero el espacio se adapta a las costumbres locales y a la filosofía de la casa Starbuks. La experiencia no sólo es homogénea con independencia de la localización del local, sino que además es auténtica.
Establecimiento Starbucks en Omotesando
Buen ejemplo de ello es este establecimiento, situado en la ciudad japonesa de Fukuoka, en el camino de acceso al milenario templo de Dazaifu Tenmagu.
El estudio de Kengo Kuma buscó una solución que se integrara en un entorno dominado por construcciones tradicionales japonesas, de una o dos plantas. El empleo de la madera, elemento constructivo característico de la arquitectura local, responde igualmente a este deseo de integración, pero además, la instalación, cuyo ensamblaje parece querer reproducir un bosque, es totalmente reciclable y reutilizable, en consonancia con la filosofía de la marca.